domingo, 23 de septiembre de 2012

Wilson Promontory

Uno de los lugares que más nos habían recomendado en Victoria es el Wilson Promontory Park. Un parque natural muy grande que ocupa toda una península a unos 200 km al sureste de Melbourne.


Emocionados con la llegada de la primavera, que en Australia por fin arrancó el 1 de Septiembre, reservamos con algunas semanas de antelación esperando que el sol nos acompañara.

Lo de reservar con tiempo es una obligación, porque prácticamente no hay alojamiento en todo el parque natural. Solamente hay un centro de visitantes, llamado Tidal River, en el que hay zona de acampada y algunos, muy pocos, bungalows. Más allá de aquí no se puede acceder con el coche, por lo que es desde este lugar desde el que salen la mayor parte de las rutas.

En esta época no había mucha gente, pero normalmente en cuanto llega el buen tiempo no hay sitio para acampar, y es que Tidal River está enclavado en un sitio increíble, entre la desembocadura del río del mismo nombre que atraviesa el parque natural y la playa Norman Beach. 

Tidal River
Norman Beach
El resto de opciones de alojamiento están fuera del parque, a unos 30 km de Tidal River las más cercanas, y la mayoría de ellas son pequeñas casas de campo desperdigadas entre granjas y extensiones en las que pastan vacas, ovejas y demás animales. Nosotros pillamos una de ellas en Yanakie, justo a las puertas del parque, un lugar perfecto para relajarse y descansar, ya que al caer el sol no había ni siquiera un bar en decenas de kilómetros a la redonda!

Prom View Farm (vista desde la terraza)
El parque es enorme y ofrece multitud de posibilidades. Como no se puede conducir en gran parte del mismo, para poder alcanzar los puntos más alejados desde Tidal River, hay bastantes rutas de 8 y 9 horas hasta llegar al otro lado de la península, y que requieren pasar la noche en algunas de las zonas de acampada habilitadas y para las que hay que obtener permiso con antelación. La más típica de estasovernight hiking es la ruta a Sealers Cove, una playa calificada como una de las más impresionantes de Australia y que nos hemos apuntado para una próxima visita más profesional!

En todo caso, hay muchas rutas que se pueden hacer en unas horas, sin necesidad de hacer noche, y que hacen de la Wilson Prom uno de los lugares más frecuentados por los amantes del senderismo. Y eso que en los últimos años ha sido víctima de dos desastres importantes: un fuego en 2005 que arrasó una parte importante y del que todavía hoy se ven las consecuencias, y unas inundaciones en 2011 que hacen que hoy haya todavía algunos caminos intransitables.

Hay opciones para todos los gustos: senderos más interiores, con variados tipos de vegetación y que desde cuyos puntos más elevados ofrecen unas vistas espectaculares del mar que rodea la península.

Vereker Outlook
Otras rutas más cercanas a la costa, o por algunas de las playas que hay que son espectaculares. Sobre todo nos encanto una de ellas que se llama Squeaky Beach, que además de ser espectacular con la arena blanquísima, tiene este nombre que viene a traducirse como chirriante porque la arena hace un sonido súper peculiar al pisar sobre ella.

Squeaky Beach
También se puede disfrutar de un precioso scenic drive a lo largo de la costa con algunos miradores y accesos a otras playas. Una de las que se accede fácilmente y nos encantó fue Picnic Bay.

Picnic Bay
Además hay multitud de fauna salvaje con la que te vas topando a medida que recorres los caminos y que lo van haciendo todavía más animado. Pudimos ver canguros, emúes, pero sobre todo, lo que más llama la atención en la Wilson Prom y no es tan sencillo de ver en otros sitios, son los wombats, otra especie de marsupial bastante salao.


Pensábamos que iba a ser complicado verlos, pero pudimos ver unos cuantos, y de diferentes tipos, desde pelaje más marrón a otro más grisáceo.


Creíamos que no podríamos acercarnos demasiado, pero ibas aproximándote con cuidado, y ellos seguían rumiando a su bola hasta que podíamos casi acariciarlos.


Es curioso que por todos los lados estuviera lleno de madrigueras, y sobre todo de cagarrutas del animalejo en cuestión, pero sin embargo no era tan sencillo cruzarse con ellos, ya que se quedan como paralizados cuando oyen algún ruido, y al no ser muy grandes se camuflan entre los arbustos. En todo caso, al igual que los canguros, también hacían su aparición al atardecer, y también hay que ir con ojo porque les da por cruzar las carreteras..


Esto dio de sí este viaje, pero seguramente que dentro de un par de meses os contaremos que hemos estado por allí de nuevo, aunque esta vez con el bañador y la toalla disfrutando de sus impresionantes playas!



lunes, 10 de septiembre de 2012

Melbourne en bicicleta

Desde hace unos meses que nos compramos unas bicicletas, no hay día que no nos repitamos, que fue nuestra mejor compra!

Melbourne es la ciudad ideal para montar en bicicleta, además de por sus grandes avenidas y por lo llano que es su terreno, las distancias de unos barrios a otros son enormes y en cuanto te sales un poco de sus calles principales, todo se vuelve residencial y no hay más que casas y más casas, por lo que el paseo de un sitio a otro puede resultar a veces muy aburrido.

Esto es algo que los melbournianos han explotado a tope, ya que hay carriles bici a lo largo de toda la ciudad y sus alrededores. Puedes estar pedaleando durante horas, sin dejar ni un minuto el carril.


 

Además, hay  muchos otros carriles destinados a hacer deporte, o simplemente a dar un paseo agradable. Uno de ellos, son los 25 km de carril que transcurre a lo largo del río Yarra. En días soleados, la verdad es que el paseo merece mucho la pena!

Yarra River

También se puede recorrer Albert Park en bicicleta o moverse de playa en playa…

Albert Park

Como en muchas ciudades de Europa, Melbourne tiene instalado el sistema de alquiler de bicicletas, pero al ser el casco obligatorio para circular, no ha tenido el éxito esperado.

Para intentar fomentarlo, los 7-eleven,  que están por toda la ciudad, venden cascos por 5 dólares (unos 4 euros), pero al final el tener que usar el casco, pierde mucho la espontaneidad, que es un poco la gracia de coger una de estas bicicletas.


Nos han contado que en verano, la policía hace controles de alcoholemia en el paseo de la playa a los ciclistas, así que todo puede ser que algún día nos bajemos a la playa todo contentos con nuestras bicis y nos volvamos con una multita! :-P