lunes, 9 de julio de 2012

Mornington Peninsula

Aprovechando que la lluvia iba a dar una tregua y pintaba finde soleado, nos decidimos a hacer nuestro segundo viaje fuera de la ciudad. El destino esta vez, la Mornington Peninsula, una zona a poco más de 50 km al sureste de Melbourne.

Nuestro plan era relajado; el primer día ir recorriendo las playas y los pueblos costeros bañados por la Bahía de Port Philipp; desde Frankston hasta Sorrento; y el segundo día hacer una rutilla de senderismo por la zona.


Como os podéis imaginar, esta área, estando tan cerca de la ciudad, es uno de los lugares más típicos en los que los Melburnianos pasan sus vacaciones o se hacen una escapada de fin de semana, sobre todo en verano, para disfrutar de sus playas. Sin embargo, aunque estamos en Julio, el verano por aquí nos queda lejos, por lo que todo presentaba un aspecto muy tranquilo.

A diferencia de en la Great Ocean Road, el paisaje que nos íbamos encontrando al lado de la costa no era tan grandioso. Aunque el verde está presente por todos lados, no hay en esta zona tantos bosques ni reservas naturales. Además, está mucho más construido, aunque de un modo muy residencial, sin grandes edificios.


Sus playas, sin embargo no tienen nada que envidiarle. Algo más estrechas, pero infinitamente largas, se extienden a lo largo de decenas de kilómetros. Además, el mar en esta zona es muy tranquilo; al estar en la Bahía, sus costas no reciben toda la fuerza del Pacífico, por lo que no son buenas para el surf, pero sí mucho más agradables para el baño. A lo largo de las mismas, llaman la atención las coloridas casitas de madera: Beach Housesque se sitúan pegadas al mar, y que son uno de los símbolos de la zona.


Al caer la noche, llegamos a Sorrento, salimos a dar una vueltecilla y tomar una cerveza. Por lo que habíamos leído, en temporada alta es una zona con bastante jaleo, sin embargo en esta época, a partir de las 6 de la tarde aquello parecía un pueblo fantasma. Así que pillamos una botellita de vino y de vuelta al albergue.

Al levantarnos, el pueblo parecía otra cosa, mucho más animado y lleno de gente. Además pudimos comprobar que era cierto lo que habíamos leído que es una de las zonas en las que veranea la gente adinerada de Victoria. A pocos kilómetros, nos acercamos a una de sus playas, espectacular!


De allí nos dirigimos a Portsea, donde comenzaba la ruta de 8 km que nos llevaría a la misma punta de la península, Fort Neppean. Lo que fue hasta la Segunda Guerra Mundial un punto de defensa del ejército australiano, y que ahora está  ambientado en plan museo. Hasta llegar allí, el camino entremezclaba zonas de arboleda, y tramos por una playa espectacular… lo mejor es que por una vez el prónostico del tiempo acertó y el solecito acompañaba!


2 comentarios:

  1. ¡¡Vaya paisajes!! Eso sí, se os ve con cara de frío y que habéis hecho acopio de ropa de abrigo. ¿Fans de Decathlon?

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  2. Sonii, estoy hecha toda una montañera! A la vuelta vas a alucinar, te voy a dejar atrás con palos y tó!jajaj

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