Los Grampians, son un parque natural que se encuentra a unas 3 horas desde Melbourne en dirección noreste, conocido como uno de los mejores lugares en Victoria para hacer senderismo y disfrutar de la tranquilidad de sus paisajes.
Nuestro destino era Halls Gap, un pequeño pueblo rodeado de montañas, enclavado en un paraje bucólico, perfecto para acceder a las diferentes rutas del parque, y para desconectar del mundo!
Los alojamientos salpicados entre los árboles, son tipo cabañas de madera, y con los canguros campando a sus anchas a sus alrededores.
Y es que esta zona esta repleta de canguros. En su mayoría son canguros grises, diferentes a los que vimos en la zona de la Great Ocean Road, que eran más marrones. Y se encuentran a cada paso, en los jardines por el pueblo, o en los bosques de los alrededores.
Pero sobre todo pudimos verlos en una pradera siguiendo la ruta Fyans Creek Loop, en la que había cientos de ellos.
Fue una maravilla poder disfrutar de los animales en su hábitat, tan de cerca, y con tranquilidad para observar cómo se comportan. No se asustaban. Nos dejaban acercarnos y andar entre ellos, eso sí, si veían algún movimiento extraño se alejaban dando cuatro saltos y seguían a su rollo. Teníamos la sensación de estar en un safari!
Se pegan buena vida! prácticamente se pasan el día comiendo y tumbados buscando el solecito. Es curioso, como a veces se incorporan, gesticulan, se rascan y mueven las patitas delanteras como si fueran manos. Desde lejos, casi podrían parecer personas!
Lo más increíble fue poder ver unas cuantas hembras con las crías, o Joey, que es como llaman en Australia a los canguritos pequeños. No son fáciles de ver. Sólo cuando la madre está pastando, asoman la cabeza desde la bolsa, para poder comer ellos también. Si la madre se incorpora, entonces sí que se puede ver la imagen típica que tenemos de los canguros con la cría en la bolsa.
Además de canguros, también pudimos ver algún Emú. Un ave que sólo vive en las llanuras de Australia y que tiene un cierto aire al avestruz, aunque algo más pequeño. Parecía perfectamente integrado entre los canguros, aunque eso sí, era imposible acercarse mucho a ellos, en cuanto nos percibían se iban moviendo ágilmente para guardar la distancia.
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