A parte de disfrutar de los canguros, sin duda lo más típico en esta zona es el “bushwalking” (senderismo). Hay un montón de rutas preparadas que alcanzan algunos picos desde los que se pueden observar vistas panorámicas brutales.
El primer día elegimos subir hasta el Pinnacle. Una ruta de unas 3 horas hasta uno de los miradores más altos. Hasta de llegar arriba, el camino avanza entre formaciones de piedra, algunas de las cuáles son conocidas como el Grand Canyon.
Grand Canyon |
Pinnacle Peak |
Al día siguiente nos decidimos por una ruta al otro lado del pueblo, que asciende hasta Boronia Peak. Esta fue algo más dura, pero mereció la pena.Transcurría por un paisaje bastante diferente, no tan rocosa, si no entre bosque. En lo alto, la vista era de 360º y se observaba la silueta montañosa característica de los Grampians.
Boronia Peak |
Para quienes no les va lo de andar, también hay algunos miradores a los que se puede acceder desde la carretera. Las vistas son parecidas a las de los picos que habíamos subido, pero no saben igual que después de haberte pegado la caminata!
Boroka Lookout |
Otra visita imprescindible en Los Grampians son las McKenzie Falls, unas cascadas muy bonitas a las que se accede tras un pequeño paseo. Lo que impresiona es que se pueden ver justo desde abajo.
McKenzie Falls |
Aún antes de irnos, pudimos disfrutar de los montones de cacatúas que vuelan en bandadas por el pueblo salpicando el cielo de manchas blancas. El sonido que hacen es una pasada!
En definitiva, un lugar precioso que al que tenemos que volver cuando acabe el invierno para verlo cubierto de flores!
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