Ayer fuimos a ver nuestro primer partido de fútbol australiano, o mejor dicho, de Footy. Ya os comenté cuando os contaba sobre la Eurocopa, que en Australia la gente está loca por este deporte, que solamente se juega aquí, en ningún otro país del mundo. Para ser más exactos, habría que decir que no es en toda Australia donde es el deporte más seguido, sino principalmente en la zona de Melbourne. En el este del país, hacia Brisbane y Sydney, es el rugby el deporte rey.
De hecho, de los 18 equipos que juegan en la AFL (Australian Football League) 12 son de Melbourne y alrededores. Cada zona o barrio de Melbourne tiene su propio equipo, y la gente lo sigue con absoluta devoción.
Desde que pones un pie en la ciudad empiezas a ver a mucha gente ataviada con bufandas, camisetas y todo tipo de merchandising de diferentes equipos. Sorprende que se pueden encontrar seguidores de todo tipo. Por igual, hombres y mujeres, de todas las edades, y en muchas ocasiones familias enteras con los niños pequeños acuden al campo cada fin de semana a animar a sus equipos.
Así que cuando un compañero de trabajo nos propuso ir a ver un partido, aceptamos sin dudarlo. Es una de esas cosas que tienes que hacer sí o sí para sentir en directo como lo viven los melburnianos. Claro que para poder enterarnos de algo había que estudiar un poco de qué iba la cosa!
Os intento resumir lo poco que he aprendido de este juego, que la verdad tiene un montón de reglas muy curiosas y que no se parecen a ningún otro deporte de los que son habituales para nosotros. Aunque no sé si seré capaz!
Se juega en un campo enorme y redondo, con un balón como el de rugby, y hay tres porterías juntas, también similares a las de rugby. Juegan 18 jugadores por equipo, y el objetivo es meter el balón entre los palos de las porterías, siempre tirando con el pie. Si lo metes en la del medio, te anotas 6 puntos, y en las de los lados 1 punto.
Lo difícil es poder llegar a estar en una situación de tirar a puerta. No se pueden lanzar la pelota con la mano, sino que tienen que golpearla. Sin embargo, como el campo es tan grande, la manera de avanzar es pateando el balón al aire, y si un compañero es capaz de cogerla en el aire (“hacer una marca”), entonces éste tiene un tiro libre desde donde lo haya cogido, que le permite pasarla más fácilmente o tirar a puerta.
El juego es súper dinámico, el balón va y viene de un lado para otro, y en ocasiones los saltos que pegan para cogerlo en el aire son acojonantes.
Nosotros fuimos a ver el partido entre los Hawks de Hawthorn (uno de los mejores este año) y los Cats de Geelong (una ciudad a unos 60 km de Melbourne). Se jugaba en el MCG (Melbourne Cricket Ground). Un estadio impresionante casi en el centro de la ciudad, y que tiene capacidad hasta para 100.000 personas!
El ambiente era guapísimo. No estaba completamente lleno, pero habría unas 70.000 personas. Gente de los dos equipos mezclados en la grada, con sus banderas y bufandas, gritando sin parar a cada jugada. Y con una cervecita en la mano que eso siempre anima!
Nuestras entradas eran una pasada, a 6 ó 7 filas del campo, así que se podía ver genial. Y nos costaron 35 dólares, así que bastante razonable.
El partido empezó y los Cats se pusieron 63 a 12 o algo parecido en el primer cuarto. Un resultado escandaloso. Los australianos estaban flipando, y nos decían que eso era como si un equipo normalucho le metiera 4-0 al Madrid en la primera parte en el Bernabéu.
Según nos decían, era imposible que remontaran, poco más que el partido estaba acabado Pero poco a poco, los Hawks empezaron a remontar, y la cosa se fue igualando. El público empezó a animarse mucho más, y casi al final consiguieron ponerse por delante. Fue alucinante, hasta nosotros estábamos metidos en el partido como si fueran nuestro equipo!
Lo que es increíble de este deporte es que no sabes cuando va a terminar! Se supone que son 4 cuartos de 20 minutos. Como en el baloncesto, cada vez que se para el partido o sale la pelota, se para el tiempo. Sin embargo, nadie lo ve. El tiempo sigue corriendo hasta 30 y pico minutos o lo que sea sin que nadie, ni los jugadores ni el público sepan cuanto falta para el final. El tiempo se acaba cuando suena una sirena, lo que lo hace mucho más emocionante!
Sobre todo si la cosa está tan apretada como en este partido. Los Hawks habían conseguido remontar e iban ganando 116-112. Parecía que se iba a acabar con la remontada, pero al final en el último segundo cuando ya estaba sonando la sirena, Geelong marcó y acabó ganado 116-118.
Os podéis imaginar cómo estaban las aficiones! Nos quedamos flipando cuando vimos como los de los Cats, los que habían ganado, a pesar de estar jugando en campo contrario, gritaban, se abrazaban y cantaban como locos, entremezclados con los de los Hawks, que os podéis imaginar la cara que llevaban al perder en el último minuto. Incluso por megafonía sonaba el himno del que ganaba. Un ambiente totalmente deportivo, impensable en un campo de fútbol en España!
Para cerrar la noche, nos fuimos a tomar una cerveza y a comentar la jugada, como si fuéramos unos australianos más!
Pincho, soy Luisito: sé que no tiene nada que ver con el tema y que, además, a las horas que son allí ya es día 11, pero MUCHAS FELICIDADES ANIVERSARIO.
ResponderEliminar¡Qué bien lo debéis de estar pasando, cabrones!
Besos para los dos
Luisitoo! no se te pasa ningun año! jeje
EliminarLo celebramos como Dios manda en Australia, rodeados de canguros en un sitio super chulo, ya os subiremos unas fotillos!!
Hablamos!!
Un abrazo
David