Último día en Tasmania. Nada más levantarnos nos dirigimos el
Parque Nacional de Freycinet a pocos kilómetros de Coles Bay donde hemos pasado
la noche.
Este Parque Nacional ocupa una península en la costa este de
Tasmania, y es reconocido por albergar algunas de las playas más impresionantes
de toda la isla.
Hay multitud de rutas para perderse, pero sin duda, la principal
atracción es Wineglass Bay, una
increíble bahía a la que se accede tras una hora y media de paseo. El camino es
sencillo y entretenido, destacando el mirador que se encuentra a mitad de ruta
y desde el cual se observa la espectacular playa con la característica forma
redondeada que inspira su nombre: alucinante!!
Ya a pie de playa la arena blanquísima y el azul turquesa del agua
forman un conjunto espectacular! De nuevo la suerte nos ha sonreído y el sol
brilla en lo alto del cielo para que podamos disfrutarlo como se merece.
Nos tiramos en la playa deleitándonos con el entorno, y disfrutando de las aguas cristalinas.
De
repente, desde la orilla, tirados en la arena, observamos algo negro sobresaliendo en el agua; la reacción inmediata: “hostia, tiburones!!”
...sin
embargo a los pocos instantes nos damos cuenta de que son aletas pero de
delfines! un grupo de ocho o nueve delfines surcando las aguas de un lado para
otro a no más de treinta metros de la orilla…
No os podéis imaginar que emoción!! Sin palabras!! Como locos nos
ponemos a perseguirlos caminando por la arena, pensando que en cualquier
momento se perderán en el horizonte… pero no es así. Algo más de una hora
estamos por allí y ellos siguen dando vueltas de un lado para otro alegrando la
visita a la poca gente que va llegando a la playa. No sabemos si será normal
que estén por aquí a menudo o no, pero para nosotros ha sido el mejor de los
regalos!!!
El listón estaba muy alto después de lo que habíamos visto el día
anterior en Bay of Fires, pero este lugar nos ha fascinado… es la playa más bonita que hemos estado nunca!
El paisaje te
atrapa y es como si no te dejara escapar. Un buen rato estuvimos en plan nos
vamos, no nos vamos… hasta que decidimos echar un último vistazo desde las
rocas antes de marchar… y qué grande! cuando uno de los delfines se puso a hacer
unas piruetas a pocos metros de nosotros, como fin de fiesta… sin palabras!
En lugar de volver por donde habíamos venido, prolongamos la ruta
haciéndola circular. El primer tramo, de una media hora, atraviesa el istmo de
tierra entre ambos lados de la península.
Al otro lado, se llega a la playa de Hazards. Otro lugar digno de ser admirado... con una bahía más cerrada, y arena más dorada, pero un playazo impresionante se mire por donde se mire!
Desde allí vuelta al origen, a paso ligero porque con eso de los
delfines se nos había ido más tiempo del esperado. El camino es más duro, menos uniforme, y transcurre entre árboles, cerca de pequeñas calas y con preciosas vistas sobre la costa.
Al llegar, cogemos el coche y antes de despedirnos de Freycinet aún nos queda tiempo para ver otra preciosa calita, Honeymoon Bay.
Ahora sí no hay tiempo para más y hay que poner rumbo al aeropuerto, del que nos separan un par de horas por
delante y no nos sobra demasiado tiempo.
Conducir por las carreteras de Tasmania es un disfrute, y seguimos embelesados con el paisaje, tanto interior como de costa, en el que la naturaleza domina por todos lados.
Tan es así, que Tasmania constituye un lugar simbólico para todo el movimiento
ecologista, siendo el primer lugar con un denominado “Partido Verde”. Además, en los
años noventa, la lucha y la resistencia contra la tala de árboles y las
empresas madereras adquirieron relevancia internacional y un nivel de conflicto
social elevado. A raíz de todo ello se nombraron más áreas como Reservas
Naturales, sin embargo, aún se critica que no se protege el entorno tanto como
debiese.
A nosotros se nos acabó el tiempo. Han sido tres días intensísimos, que han parecido casi unas vacaciones, y en los que Tasmania nos ha enamorado completamente! Ojalá sea protegido como merece, y este lugar permanezca siendo la maravilla que es!
Nosotros ya estamos pensando en hacer una próxima visita si hay posibilidad... hay muchísimo más por ver, entre otras cosas, el Diablo de Tasmania :)
Acabo de leer todo esto y me estoy quedando a cuadros...
ResponderEliminarEste blog no es bueno para la salud, en serio. A veces no estoy seguro si es mejor vivir en el desconocimiento, o retar cada vez mas tus propias expectativas sabiendo lo que hay por ahi fuera...
Estais dandole una vez mas una vuelta de tuerca a vuestro propio liston, sin palabras!!!
Chapi, no seas pelota que es la primera vez que entras, jejeje!!
ResponderEliminarEspectaculares las fotos de la playa de los delfines, qué gozada!!
Leo y sus fotos saltando, no dejas escapar una eh, jeje!!
Jajajaja, pincho, que se ha tomado esto como una especie de rebeldia hacia el facebook...
ResponderEliminarAl menos aqui veo el sol, la playa y el cierlo azul aunque sea en foto.
Por cierto, a los canguros, echadle un vistazo a esto: http://www.crocodile-trophy.com/ y dejate de triatlones! Si haces esa me caso contigo (Leo mediante)
Chapa carreras de esas de tarados mentales hay un puñado por estos lares... sobre todo en Melbourne que están chalaos con el deporte...
ResponderEliminarComo muestra para que flipéis; en un par de semanas es el Iron Man aquí: 3,8 km natación / 180 km bici / 42,2 km (sí, un marathon).
Bueno, las entradas salen con un año de antelación, y cuestan la friolera de 900 dólares (730 euros aprox - pues se agotaron las plazas en 4 minutos!!!!! putos locos!!!
http://ironmanmelbourne.com/registration/