domingo, 6 de enero de 2013

Port Campbell National Park

A la mañana siguiente comprobamos que, aunque parezca mentira estando tan lejos, los Reyes no se han olvidado y han venido cargaditos! :)

Nos espera un largo día por delante. Empezamos por continuar visitando Port Campbell National Park, después del aperitivo de la tarde anterior al anochecer.

En este Parque Natural el mar es el auténtico protagonista, acogiendo numerosos miradores que van salpicando la costa y proporcionando vistas magníficas de las formaciones rocosas y de lo salvaje de sus aguas, que se mueven en todas las direcciones como si estuvieran en pleno centrifugado. De hecho a toda esta zona se le conoce como “Shipwreck Coast” (Costa del Naufragio), por la cantidad de barcos que a lo largo de la historia fueron engullidos por la bravura de sus corrientes y la violencia de su oleaje.


Nos dirigimos primero hacia el oeste de Port Campbell. Nuestra primera parada es “The Grotto”, cuya peculiaridad es la ventana que ha formado el mar al ir erosionando las rocas.


A continuación nos detenemos en el “London Arch”, desde el que se puede observar una enorme roca con forma de arco que se encuentra aislada a merced de la fuerza del mar. Lo curioso es que anteriormente se conocía como “London Bridge” ya que se encontraba unido con la costa, formando un puente casi perfecto. Sin embargo, en 1990 repentinamente sus muros no aguantaron más y se vino abajo, dejando en pie únicamente la parte que hoy es visible.


A pocos metros, desde otra plataforma, se puede observar una impresionante playa flanqueada por enormes paredes de roca que conforman una vista espectacular.


Siguiente parada fue en ¨The Arch¨, otro ejemplo de cómo el mar ha ido esculpiendo todo este paisaje.


Ya hacia el este de Port Campbell, nos detenemos de nuevo en "Loch Ard George", donde el día anterior habíamos observado el atardecer.


Finalmente, llegamos al plato fuerte, los famosos “Twelve Apostles”, sin duda la mayor atracción de la Great Ocean Road y uno de los “imprescindibles” de cualquier viaje a Australia. Sin embargo la suerte no nos acompañó demasiado, y como las veces anteriores, el cielo se nubló sin dejarnos apreciarlo en todo su esplendor… tendremos que volver, porque no nos podemos ir de Australia sin tener unas fotos como se merece este lugar!


Ahora sí, dejamos Port Campbell National Park, y emprendemos de vuelta la carretera que nos había llevado el día antes hasta allí, atravesando de nuevo Otway National Park, y posteriormente disfrutando de la serpenteante carretera que transita pegada a la costa.


Nos detenemos en Kenneth River, un lugar en el que únicamente hay un camping, pero que aparece marcado en todas las guías puesto que a pocos kilómetros por un camino de tierra se puede observar una colonia de koalas.

Avanzamos por el mismo viendo algunos de ellos en lo alto de los eucaliptos, sin demasiadas esperanzas de poder ver ninguno demasiado cerca, pero entretenidos intentando divisarlos camuflados entre las ramas. De repente, Agatha dice: “mirad, ahí hay uno con su cría”… y efectivamente! bien cerquita, en una rama bastante baja podemos ver como madre e hijo están recostados uno encima del otro.


Con la ayuda de unos cuantos sonidos de Tito, que descubrió que tenía un don para comunicarse con los koalas :), el pequeño empezó a activarse y a moverse de un lado para otro bajo la atenta mirada de mamá koala! muuuuuuy tierno!


Un momento guapísimo! Los cuatro estábamos embelesados alucinando con la suerte que habíamos tenido de poder presenciar este momento… perfecto para estrenar el nuevo objetivo para la cámara que me habían traído los Reyes! : )


Con una sonrisa de oreja a oreja, nos pusimos rumbo a casa, aunque todavía nos quedaban kilómetros disfrutando del paisaje, parando en algunas cascadas (Erskine Falls), y acercándonos a que Agatha y Tito vieran sus primeros canguros en Australia…


Desde luego, poco más se le puede pedir a un fin de semana!!!

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