miércoles, 24 de abril de 2013

Nueva Zelanda (9) - Franz Josef Glacier


Nos hemos ganado un día de relax! Eso sí, lo primero es reservar el tour por el glaciar para el día siguiente, no vaya a ser que nos quedemos sin plaza como nos pasó el día anterior.

Una vez cerrado la visita para el día siguiente, nos disponemos a recorrer los alrededores de esta área dominada por los glaciares.

A pocos kilómetros del pueblo, nos acercamos a Lake Matheson. Lo especial de este lago, es que pareciera estar colocado a propósito en ese lugar, como si fuera un espejo para reflejar las montañas que albergan el Fox Glaciar.


Nosotros no podemos disfrutar de la foto perfecta, ya que el día se ha torcido y con el cielo muy nublado no dice demasiado. Las gotas se hacen más constantes, así que poco más podemos hacer aquí.

Como mañana recorreremos Fox Glaciar, nos decidimos por ir a ver el otro glaciar, Franz Josef. Éste se encuentra a 25 kilómetros por una carretera sinuosa, que se nos hace eterna entre las contínuas curvas y la fuerte lluvia.

Al llegar, vemos que es un lugar del estilo, quizás algo más grande, y con más servicios para los turistas. En realidad estos dos enclaves no existirían si no fuera por la atracción que suponen los dos glaciares que les dan nombre.

Llueve sin parar y no tiene pinta de escampar. Opciones no hay muchas, así que nos calzamos los chubasqueros y nos encaminamos a la zona donde parten las rutas que te permiten acercarte a la lengua del glaciar.

Hacemos un primer intento, y casi a mitad de camino, empieza a jarrear y decidimos dar la vuelta para comer y entrar en calor a ver si el panorama mejora un poco.


El menú: sándwich, sopita y café para caldear el cuerpo. Sienta bien, pero de escampar nada de nada. La lluvia va a más en lugar de remitir. Tras unas cuantas dudas, y un poco de comedura de cabeza rollo "nunca más vamos a tener la oportunidad de verlo", al final nos aventuramos…

El camino transcurre sin que haya escapatoria a la lluvia. Sin ningún lugar donde cobijarse, nos vamos cruzando con gente que, como nosotros, va calada hasta los huesos.

Paso a paso, y después de una hora y media en la que no ha cesado de caer agua un segundo, llegamos a la lengua del glaciar.

Al llegar no tiene mucha gracia, la vista es regular porque las nubes están cada vez más bajas. Tiempo para una foto rápida y poco más. Visto lo visto, lo más sensato habría sido ahorrarnos el paseo...


Al llegar a la furgoneta, parece que nos han tirado a una piscina. Hasta las botas las tenemos empapadas por dentro, con los calcetines haciendo ploff, ploff a cada paso…


Menos mal, que haciendo caso a una buena recomendación, que es como mejor se va por la vida (Gracias Rafita!) acabamos en un camping en Franz Josef donde nos espera el premio a las penurias que habíamos pasado durante todo el día: un jacuzzi al aire libre, con el agua a 40º, que disfrutamos como nunca! 

Sin duda uno de esos momentazos a recordar del viaje!!!

2 comentarios:

  1. Madre mía qué gozada el pseudojacuzzi aquel... Lamentablemente no tiramos ninguna foto jejejeje

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    1. Nachete, buenos recuerdos eh! ya hace un tiempecito que recorríamos esos parajes! hay que empezar a planear el siguiente viajazo!

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