No ha estado nada mal dormir en cama y con aire acondicionado… y
sobre todo sin mosquitos! El albergue está estupendo…
El viaje esta a punto de llegar a su fin. A las 18:15 pillamos el vuelo de
vuelta a Melbourne pero antes tenemos casi todo el día para conocer Darwin.
Darwin es la capital del Northern Territory, pero no por ello deja
de ser un pueblo grande. Tiene 125. 000 habitantes y da la sensación de que hay
bastante pasta, sobre todo por el boom de la minería y también el turismo. Dada
su ubicación, podría decirse que es la ciudad más fronteriza de Australia, encontrándose en distancia mucho más cerca de
Asia o de Papua Nueva Guinea que de cualquiera de las otras capitales
australianas.
La historia de esta ciudad está marcada por dos acontecimientos: uno, los
bombardeos que sufrió por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, lo
que la hizo convertirse durante años en una ciudad militar; y el otro, Tracy,
un ciclón, que en Nochebuena de 1974 arrasó la ciudad con vientos de hasta 160
km/hora, dejando en pie 400 de las 12.000 casas que había por aquellas, a pesar
de lo cual sorprendentemente sólo hubo alrededor de 70 muertos.
Por ello, toda la ciudad ha sido reconstruida y todos
los edificios son todos nuevos..
Tiene unas cuantas calles comerciales en lo que sería el centro, y
que además de tiendas acumulan unos cuantos bares y mogollón de hostales que le
dan a esta zona una mezcla de rollo playero y mochilero…
En el centro no hay mucho más, y siendo domingo y temporada baja,
la mayoría de las tiendas están cerradas… así que pillamos un bus para ir a ver
el museo del Northern Territory. Es un sito curioso e interesante porque mezcla
arte aborigen, un montón de muestras de animales disecados, algo de historia,
una zona dedicada al ciclón Tracy, un impresionante cocodrilo disecado de 5
metros… en fin, un poco popurrí pero bastante divertido…
Desde allí nos acercamos a Mindil Beach, una de las playas más
conocidas. El agua es azul turquesa precioso, pero el panorama es desolador… no
hay nadie!
Paseando un poco nos damos cuenta de que no es que no haya nadie
en la playa es que no hay nadie por ningún lado! Nos ponemos a andar en
dirección a Cullem Bay, una especie de puerto, pero llegar hasta allí se hace
interminable y no encontramos nada demasiado interesante…
Poco más hay que hacer asi que nos dirigimos de nuevo al centro atravesando zonas
residenciales interminables… otra vez hemos cometido el error de menospreciar
las distancias en las ciudades australianas, incluso esta que es pequeña no
puedes moverte si no es con el coche…
Nos queda la sensación, de que ha sido un error haber planeado día y medio para Darwin, con que hubiéramos pasado un par de horas hubiera
bastado. Cada vez tenemos más claro que en Australia no son las ciudades lo que merece la pena!
Punto y final… Taxi al aeropuerto, y vuelo de 4 horas hasta
Melbourne… se dice pronto, 4 horas de vuelo dentro del país!
En la cabeza muchas imágenes, muchos momentos que nos quedaran en
el recuerdo, y tantos sitios inolvidables que nos es imposible elegir solo uno. Y además, la sensación de haber pasado 15 días sintiendo la naturaleza mucho
más de cerca de lo que acostumbramos; de haber experimentado la libertad de estar
en ruta sin tener claro donde dormiríamos al día siguiente; de haber aprendido
un poco más de la cultura aborigen y sobre todo de haber disfrutado de una experiencia única!
Teníamos dudas de qué zona elegir para este viaje pero ahora que lo hemos vivido estamos convencidos
totalmente de que la elección ha sido acertada. Conocer el Outback nos ha hecho entender la
diversidad y la inmensidad que es Australia…
Así que lo que toca ahora es empezar a planear el siguiente viaje, que
nos queda mucho y bueno por explorar en las antípodas!