Nos levantamos y ya nada más abrir la furgoneta nos atiza un calor húmedo que parece mentira que sean las 7 y pico de la mañana, se confirma… hoy toca sufrir!
Estamos en pleno Kakadu y el sitio en el que acampamos parece completamente diferente de día que de noche… los ruidos desconocidos se tornan en silbidos de pájaros y la oscuridad en verde por todos los lados.
En el norte del Parque, la mayor atracción es Ubirr, sin embargo, antes de ir para allá paramos a hacer una ruta porque tiene pinta que en unas horas no va a haber quien se atreva a pasear. Se llama Bardedjilidji y dura una horita por lo que nos sirve de arranque perfecto para entrar en contacto con el paisaje de Kakadu.
Cerca de aquí, nos asomamos al East Alligator River, uno de los ríos más importantes que atraviesan Kakadu, presidido por los carteles de ¡cuidado con los cocodrilos! Aquí esto no se puede tomar a broma... y el color del agua da miedito!
Atravesándo el río por el Cahills Crossing, se entra en Arnhem Land, una zona a la que sólo se puede acceder con permiso y en la que aún pervive, como en casi ninguna otra zona de Australia, la forma de vida tradicional aborigen en pequeñas comunidades y abasteciéndose en gran medida de lo que les proporciona la naturaleza.
Ahora sí, llegamos a Ubirr, que es una de las principales visitas de Kakadu, ya que alberga algunas de las pinturas aborígenes que han otorgado a Kakadu su condición de Patrimonio de la Humanidad.
Arrancamos el recorrido y vamos viendo las primeras pinturas. Se dice que puede datar de hace más de 2000 años, aunque en realidad no se sabe porque generación tras generación iban pintando unos encima de otros como método de comunicación y aprendizaje. Aunque no se sabe a ciencia cierta, se cree que los aborígenes llevan en esta zona de Australia al menos desde hace 40.000 años!
Los motivos son escenas cotidianas, caza, animales y algunos elementos que se interpretan como parte del Dreaming, la mitología aborigen que explica el inicio de la vida como si fuera el Génesis.
Es un auténtico museo al aire libre, las pinturas se encuentran en grandes rocas o cuevas que servían de refugio a los nómadas aborígenes durante su estancia en esta zona. Es increíble que hayan podido perdurar en el tiempo y que aún se conserven en un gran estado...
Tras pasar por diversas muestras, alcanzamos el punto más algo. El camino está muy bien hecho y el enclave es muy bonito. Sin embargo, el calor es tan agobiante que casi no lo estamos disfrutando, los grados y el sol son lo de menos, pero la humedad y las moscas acosándote cada segundo son insoportables.
En estas circunstancias alcanzamos el punto más alto, donde se crea una esplanada a modo de mirador que permite observar una vista de 360º espectacular!!
En estas fechas somos cuatro gatos andando por allí, pero según habíamos leído en la guía en temporada alta está tan atestado que llega a perder el encanto… es una pena que con este calorín no apetezca estar ni un rato tirado disfrutando porque desde luego lo merece!
Ayer nos hubiera gustado llegar a ver la puesta de sol pero se nos hizo tarde… fue una lástima, porque ahora que lo hemos visto nos podemos imaginar lo chulo que debe ser.
Medio deshidratados llegamos a la furgoneta. Circulamos dirección Jabiru, que es un pequeño pueblo en mitad del Parque, por el que hay que pasar casi sí o sí para echar gasolina. Además allí se encuentra el centro de información del Parque y en estas circunstancias no se puede desaprovechar un poco de aire acondicionado!
El centro no tiene mucho, y además salimos chafados porque al preguntar por el acceso a las cascadas de Gulom nos dicen que no es recomendable sin 4x4, porque ya estamos en épocas de lluvias y la carretera puede estar complicada. Nuestro gozo en un pozo… sabíamos que a muchos sitios se podría llegar sólo en todoterreno, pero teníamos la esperanza de que esta sí pudiéramos verla…
A las cascadas más famosas, las Jim Jim Falls, para las que hay que conducir por un camino en 4x4 casi 2 horas, directamente la carretera está cerrada, y eso que todavía no ha empezado a llover de verdad…
El siguiente punto en la ruta es Nourlangie Rock, seguramente la más importante de las “galerías” de pinturas rupestres aborígenes.
El estilo es bastante distinto al que hemos visto en Ubirr, menos realista y más alegórico.
También el entorno es diferente, ya que se encuentra como en una gran montaña de piedra.
Antes de poner fin al día, y casi a modo de suicidio, hicimos una última rutilla, bastante empinada a través de la ladera de una montaña en lo alto de la cual se puede ver todo el entorno del Nourlangie Rock, muy chula.
La noche está a punto de caer y sólo podemos pensar en la ducha después del día que hemos pasado. Acampamos en Madrugal, otra de las zonas de acampada gestionada por el Parque Nacional.
Los grados no bajan, y la humedad sigue siendo brutal. Son las 8 de la tarde y nos metemos a dormir con ganas de que se acabe por fin el día y con la esperanza de que amanezca más fresco mañana… no hay quien pegue ojo, hasta que empezamos a ver relámpagos a lo lejos, y al poco comienza a llover una tormenta de las buenas… esperemos que mañana la cosa esté un poco más fresca!
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