martes, 20 de noviembre de 2012

Katherine

Katherine se encuentra a 300 km de Darwin, y es la población más importante de la zona, de unos 10000 habitantes, lo que para este área es mucho decir. Por ello aunque no deja de ser un pueblo, aquí se pueden encontrar todos los servicios, bancos, supermercados e incluso aeropuerto. A simple vista se observa bastante población aborigen, y en un entorno algo más rural, da la sensación de estar algo más integrados en la sociedad de lo que percibimos en Alice Springs.
  
Ponemos rumbo hacia el Nitmiluk National Park, a 30 km de Katherine. Este Parque acoge las Katherine Gorge, un total de 13 gargantas que conforman un paisaje espectacular.

Hay diversas opciones para poder recorrer el río: en crucero, en canoa o a través de algunas de las rutas a pie que llevan hasta las diferentes gargantas. Como vamos a pasar otra noche en Katherine, la idea es mañana alquilar una canoa, y hoy tomárnoslo más tranquilamente y hacernos una de las rutas, en concreto la que lleva a la Butterfly Gorge; son 3 horas ida y vuelta pero con la recompensa de poder darnos un chapuzón al llegar.

Se supone que esta zona es apta para el baño, pero por si acaso preguntamos en la oficina del Parque para quedarnos tranquilos. Sin embargo, nos quedamos un poco perplejos porque no nos contestan con un no rotundo, sino que nos dicen que hacen redadas con regularidad para detectar a los cocodrilos de agua salada (Estuarine o saltwater crocodiles) y que no han localizado ninguno así que no debería haber peligro.


Además nos informan que los que si son comunes en este río son los de agua dulce (freshwater crocodiles) mucho más pequeños pero que no tienen la carne humana como parte del menú, y que únicamente si se sienten amenzados chapotean para que les dejes tranquilos…

En conclusión, que no te aseguran 100% que no vaya a pasar nada! Aunque conociendo a los australianos si no está prohibido expresamente nos podemos fiar, porque siempre son muy tremendistas y está todo repleto de prohibiciones…

A lo largo del camino el calor aprieta de lo lindo, ya que la ruta va por el interior sin asomarse al río hasta el final. El sendero es bastante rocoso y a tramos complicadillo. En la parte final se adentra en un bosque monzónico, muy bonito, y con una vegetación muy diferente a la que habíamos visto en Kakadu.


Después de una hora y media larga nos plantamos a los pies de la garganta y el lugar es increíble. Las aguas están súper tranquilas, y no se avista nada raro alrededor, así que en mitad de un entorno alucinante nos pegamos un bañito de escándalo. Eso sí, te queda un poco la cosilla de que vaya a aparecer algún amiguito por algún lado!



Estamos completamente solos, no se avistan barcos ni canoas, y sólo se oyen montones de pájaros y el tintineo del agua, un panorama idílico!


Desde todos los lados, la vista es imponente… ya nos estamos relamiendo de lo chulo que va a ser mañana con la canoa…


Toca enfrentarse a la horita y media de vuelta, pero la caminata ha merecido la pena. Al llegar a la furgoneta, exhaustos, hay un par de amigos esperándonos... seguimos estando en Australia! :)


Nos dirigimos hacia Katherine de nuevo, al final hemos echado casi todo el día, así que para rematar, nos acercamos a las Hot Springs, que son como las piscinas naturales del pueblo, pero cuyo agua mana a 31º todo el año.


En Katherine no hay mucho más que hacer, así que hay que aprovechar que el camping que tenemos parece un resort! El sitio está de lujo, y con las penurias que hemos pasado con el calor durante todos los días, una piscinita como esta es una bendición!


Al salir la luna somos testigos de un espectáculo formidable. Miles de flying foxes, la especie de murciélago más grande del mundo, cruzan en bandadas el cielo en cuestión de minutos, en busca de una rama en alguno de los árboles frutales en los que pasaran la noche.

El bicho es realmente enorme, y cuando abre las alas, mide más de un metro de punta a punta. Durante el día permanecen colgados boca abajo dormitando en alguna palmera u otro árbol de gran altura cerca de los ríos y zonas húmedas, pero al caer la oscuridad, se activan y acuden a devorar los árboles frutales, en esta zona sobre todo los mangos, que son muy abundantes. Por ello también se les llama fruit bats.

Un momento alucinante para cerrar el día! Lástima que la cámara con la oscuridad no fuera capaz de pillarlo…

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