lunes, 19 de noviembre de 2012

Kakadu: Yellow Water y Gunlom Falls

El despertador suena a las 5:30, aunque la noche ha sido dura porque no ha parado de llover y tronar, nos levantamos de un salto sin dejar que la modorra nos pueda. Hoy tenemos contratado el crucero por el Yellow Water Billabong para disfrutar del avistamiento de aves y cocodrilos que empieza a las 6:30 de la mañana, así que no hay tiempo que perder! Nos habían recomendado hacer el crucero tan temprano, porque es cuando la fauna está más activa.

Es un barco pequeño, y para nuestra alegría hay muy poquita gente, con lo que nos podremos mover de un lado a otro sin problemas.  Nada más empezar el crucero, el guía, un chico joven bastante simpático, nos dice que hoy con suerte veremos un montón de cocodrilos, ya que al estar al principio de la estación de lluvias, el nivel de los ríos está todavía muy bajo, con lo que hace que divisar a estos animales, resulte mucho más sencillo.
 
Y la verdad, es que no se equivocó, no llevábamos ni 5 minutos en el barco, cuando vimos nuestro primer cocodrilo nadando en el agua... la sensación de ver al animal sacando la cabeza del agua, es una experiencia increíble!



El río es precioso, lleno de árboles y vegetación a los lados, y el sol que empieza a coger fuerza refleja en el agua sus destellos, creando unos brillos y unas sombras muy bonitos.


Durante el tour de dos horas de duración, el guía iba surcando el río y acercándose a las orillas cuando veía algún animal, era increíble cómo podía verlos e identificarlos desde la lejanía.



Sabía un montón sobre fauna y flora, y nos iba explicando los distintos pájaros o cómo los aborígenes utilizaban las plantas, muchas veces con fines curativos.



Aunque todo el entorno era una pasada, sin duda, los protagonistas del viaje fueron los cocodrilos! Vimos un montón nadando en el agua, pero lo que más impresionaba era verlos en las orillas, donde podías apreciar realmente el tamaño de estas criaturas!


Los cocodrilos se alimentan sobre todo de pájaros y peces pequeños, pero se pueden comer un cerdo, un buey y por desgracia, demasiado a menudo, a una persona! Curiosamente, el guía nos contó que nunca se había registrado en Kakadu, ningún ataque de cocodrilo a un aborigen. Y es que siguiendo sus tradiciones, entran en el agua haciendo ruidos de manera determinada y cantando a modo de ritual, pudiendo así recolectar plantas y pescar entre la temible presencia de los cocodrilos... como si tuvieran un pacto con ellos!


Las dos horas pasaron volando… Aunque habíamos dudado en contratar o no el crucero, porque era bastante caro, nos vamos con una sonrisa de oreja a oreja, y convencidos de que ha merecido la pena. Poder ver estos animales en su hábitat, no tiene precio!

Después del crucero está incluido un desayuno de buffet libre, así que allá que vamos!!!

A 2 km se encuentra el Centro Cultural Aborigen "Warrdjan". El Centro es bastante interesante, y a través de numerosos paneles y fotografías te acercan un poco más a la cultura aborigen.

Tras una hora en el Centro Cultural llega la hora de dejar Kakadu y poner rumbo por la Kakadu Highway hacia Katherine, nuestro próximo destino… en este camino, sabemos que pasaremos delante del desvío hacia Gunlom, la cascada que nos habían dicho el día anterior que no nos recomendaban ir sin todoterreno. Sin embargo, una vez en la furgo, y aunque tras la tormenta de la noche anterior, ya casi lo habíamos descartado, comienza de nuevo el run run en nuestras cabezas... todo el viaje dándole vueltas en plan "qué putada nos lo vamos a perder estando tan cerca", “¿y si lo intentamos?” “los australianos son unos exagerados, seguro que el camino no está tan mal”… a eso se añade que la furgo sólo tiene seguro para carreteras asfaltadas, así que si pasa algo la hemos jodido bien...

Como ya os imaginaréis, no pudimos resistirnos y empezamos a hacer el camino, con la idea de que si la cosa se complicaba daríamos la vuelta... en el fondo los dos sabíamos que nos estábamos engañando y que ya no había vuelta atrás, la suerte estaba echada!

Eran 39 km de camino de tierra, y aunque al principio el camino no era malo, el ruido que hacía la furgo era increíble, parecía que se iba a caer a cachos … nuestras caras eran un poema e íbamos en tensión total a 30 km/hora sin saber lo que nos encontraríamos más adelante.

Por suerte, cuando ya llevábamos un buen rato, nos cruzamos una especie de autobús pequeño, que venía ya de vuelta, así que si ellos habían podido, probablemente nosotros también!! Fueron los kilómetros más largos de nuestra vida, tardamos como una hora y algo en hacer 39 km! Y para más diversión además del traqueteo que iba en aumento, en los últimos 8 km empezaron a aparecer unos charcos enormes!

Al ver el final del camino, no os podéis imaginar la emoción de llegar. Estábamos allí, lo habíamos conseguido y la furgo seguía viva!! ahora sólo quedaba volver, pero antes había que disfrutarlo!!

Nos pusimos en marcha por la ruta que nos llevaría a lo alto de la montaña, donde además de unas vistas increíbles, podríamos disfrutar de unas pozas naturales sin cocodrilos a la vista.


La ruta era corta, pero dura, muy empinada, eso sí al llegar allí se te olvidaba todo el sufrimiento, el sitio era una auténtica pasada… A un lado, una poza con una pequeña cascada, al otro como un infinity pool pero en lugar de mar, la inmensidad de Kakadu.



Cuando llegamos había un grupillo de gente, pero al poquito otra vez más nos quedamos solos... solos en el  paraíso!



Un sitio sin duda para quedarte horas y horas… por desgracia, nuestro tiempo era limitado, y además, empezamos a oír unos ruidos raros, como si se avecinará una tormenta… lo que nos faltaba para darle más emoción al camino de vuelta!

Así que bajamos la montaña rápidamente y nos montamos de nuevo en la furgo... al final no llovió y además, nos encontramos unas máquinas que habían alisado ya casi todo el camino! El camino parecía otro, ya podían haber pasado un poco antes!

En la mitad de tiempo llegamos de nuevo a la carretera, y ahora si que podíamos disfrutar aliviados de lo que habíamos visto!!


Teníamos todavía 300 km de camino a Katherine, pero íbamos tan contentos... además llegamos a tiempo para un bañito y una cervecita en la piscina del camping…  cuando uno se levanta a las 5.30 como cunde el día!!

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