martes, 13 de noviembre de 2012

A los pies de Uluru!

De nuevo como ayer, a las 5 de la mañana estamos en pie… es nuestro último día por Uluru y hay que aprovecharlo al máximo!

Esta vez no nos dejamos guiar por los lugares “oficiales” y nos vamos a la zona de la puesta de sol a ver el amanecer. Alejados de las masas, y ya con los primeros destellos de luz y algunas nubes sobrevolando la enorme  roca, se crea un ambiente muy especial.


Poco a poco el sol va ganando protagonismo, y podemos ir deleitándonos con su aparición por encima de Uluru.



No hemos visto esta vez las diferentes tonalidad que va adquiriendo, pero a cambio hemos visto salir el sol justo frente a nosotros, y la silueta de Uluru recubierta de destellos anaranjados… además encima aprovechando la furgo nos hemos pegado un desayuno con unas vistas inmejorables. Un momento mágico!


De aquí nos dirigimos a la zona de Mala,  uno de los puntos desde los que se puede iniciar el recorrido a la base de Uluru.


Son 10,6 km de ruta completamente llana. El camino recorre los 9 kilómetros de contorno, y al dar la vuelta completa alrededor del monolito, se puede sentir su dimensión en toda su expresión.


Eso sí, si se quiere disfrutar hay que pegarse el madrugón porque las sombras escasean!

Hay tramos en los que el camino transcurre pegado a la roca, mientras que en otros se aleja un poco dando un poco más de perspectiva de la inmensidad de Uluru, que alcanza hasta los 350 metros de altura.


Aunque desde lejos da la sensación de que es una figura bastante uniforme, al ir bordeándola se puede observar como tiene multitud de cortes, barrancos, hendiduras y cicatrices de todo tipo que le van dotando de personalidad propia y hacen que cada tramo del camino resulte de lo más entretenido.

Llama la atención también la abundante vegetación que hay a los pies del monolito. La razón de esta vegetación alrededor es que las pocas veces que llueve, Uluru recoge esta agua en su cima, y va canalizándose a lo largo de los surcos y arroyos que ha ido marcando la erosión el paso de los años, y que se ven reflejados claramente en tonos mas grisáceos sobre la piedra.


A lo largo del sendero se puede ir aprendiendo parte de la simbología que tiene Uluru dentro de la cultura de los Anangu, y como los relieves de la roca han servido para crear gran parte de su mitología de la Tjukupa o Dreamtime.

Tres horas después de haber comenzado retornamos al punto de salida. Sí, se dice pronto, hemos estado 3 horas dando una vuelta a una roca! Es inmensa, y bonita, pero sobre todo tiene algo de mística que puedes sentir cuando te encuentras tan cerca, y piensas todo lo que habrá pasado a sus pies cuando no se sabía si quiera que existía…


Llegando a la zona del aparcamiento vemos que desde allí es donde se comienza la subida a Uluru. Esta ascensión es muy controvertida, ya que para los aborígenes es una falta de respeto como ninguna otra contra su cultura. Por ello, aunque permitida, ellos piden en toda la información del Parque que la gente no lo haga.

Es una decisión personal de cada uno, aunque en ocasiones debido a las condiciones (viento o calor) no se permite,; y es que la subida es empinada, y muchos más aún con altas temperaturas, tanto que han muerto 30 y pico personas.


Nosotros decidimos no hacerla y no nos arrepentimos. Rodear Uluru permite descubrir cada detalle de una manera más pausada y alcanzar a comprender como desde hace miles de generaciones los aborígenes sólo pudieran entenderlo como algo sagrado y sobrenatural.  

Todavía nos falta una última parada antes de despedirnos de Uluru, el mirador de Talinguru Nyakunytjaku. Es el único desde el que se puede ver en el mismo plano Kata-Tjuta y Uluru, así que es el lugar perfecto para decir adiós.


Son las 11 de la mañana y ya parece que llevamos mil horas de día. Vuelta al camping, ducha rápida y rumbo al Kings Canyon, que para llegar allí tenemos por delante 330 km de carretera.

Primero de vuelta a través de la Lasseter Highway que nos habia traído hasta aquí, donde podemos disfrutar de la tierra roja por ultima vez. Aunque llevamos viéndola ya unos días nos sigue pareciendo que estamos en otro planeta... y más cuando vemos a lo lejos pequeños tornados que se generan por el calor y que van quemando lo que pillan a su paso.


Y luego desviándonos por la Luritja Road, El camino se hace duro porque las temperaturas superan los 40 grados, así que ni siquiera el aire acondicionado es capaz de sofocarlo del todo.

El paisaje en este tramo es mucho más verde, pero también mucho más monótono. Rectas infinitas de sin tocar el volante, y casi ningún coche al que prestar atención. Eso sí, para estar perdidísimos en mitad de la nada, las condiciones de la carretera son impecables.


Llegamos a Kings Canyon al caer la tarde, y aún tenemos tiempo de hacer una pequeña ruta. Sin embargo, el cuerpo pide un poco de tranquilidad que el día ha sido largo, así que nos acercamos a ver la caida del Sol sobre el Kings Canyon… el mismo Sol que esta mañana habíamos saludado en Uluru!


Ya en el camping, sentados viendo las estrellas junto a la furgoneta, observamos unas sombras entre la oscuridad… son dingos (perros salvajes) en busca de algún resto que les sirva de cena… hasta dentro del camping no cabe duda que estamos en el Outback!

1 comentario: